miércoles, 4 de noviembre de 2009

Piquismo en el Cornión


Muchas son las veces que se echa de menos Picos y de una forma casi inconsciente se planea pasar dos días encaramado por sus calizas y observar sus figuras esculpidas de una forma tan tranquila como solitaria.
Nuestro sueño (literalmente) tuvo lugar en el Jou de los Asturianos, bajo la luz de una luna casi llena que de vez en cuando se debilitaba por el paso de nubes "tenebrosas". La imagen de Picos de Europa bajo un cielo estrellado acompañados por la iluminación de la luna es conmovedora. Increíble. Una imagen única!!



Trepadas y más trepadas, pateadas por debajo de los centinelas, de los gendarmes, de los guardianes, de las colinas. De los esbeltos picos. Se respira profundo.
Te sientes pequeño en un mundo conocido. Te sientes como un hijo al cuidado de sus padres entreteniéndose con sus juguetes sin levantar cabeza. Concentrado.
Unos días más como éstos y pienso que mi testa volverá a coger los encantos de antes. Volverá a coger ese tono más oscuro y aterciopelado...



Ya no me acordaba de la sensación de las yemas gastadas, rojas, sensibles. Exclusiva del paso por Picos, de esa roca áspera, de formas extrañas, caprichosas y a la vez tan entrañables...

Al final, la lluvia hizo su presencia, pero esta vez sabíamos que iba llegar. Cuando lo hizo, ya estábamos de vuelta a casa...



Fotos: Rober y Lorena

2 comentarios:

  1. Nuestros Picos son así, te hacen rememorar sentimientos y pensamientos a veces olvidados. Un reencuentro. No deberíamos cansarnos nunca de ellos.
    Vale que hay montañas más altas, más difícles, más esbeltas, ... pero hay que recordar que estas son las nuestras y nos toca nosotros cuidarlas: son nuestros Picos.

    ResponderEliminar
  2. Ahí das en el clavo Odón. Creo que hay veces que conocemos más otras montañas que las nuestras y la verdad que tenemos unas montañas impresionantes!!

    ResponderEliminar