miércoles, 15 de diciembre de 2010

La senda de la gloria

Recientemente he leido el libro "La senda de la gloria" de Jeffrey Archer. Un libro que narra la historia, la vida de George Mallory, ese gran alpinista vinculado con la leyenda del Everest.
El libro va contando momentos de la vida de Mallory, desde un punto de vista íntimo y sentimental, por los que se descubre esta gran persona, tanto en su vida social como alpinística. Poco a poco se va dislumbrando un sublime romanticismo con su esposa Ruth y el trato sin igual con los compañeros de cordada, propio de un caballero de aquella época. Sin duda, un libro recomendado.
Me quedo con fragmentos en los que el protagonista compara el Chomolungma (Madre del universo) o Everest con una dama, que para ser conquistada requiere de todos los conocimientos posibles y alardes de ingenio. Luego, pensará otra cosa...
Gracias hermanita, por este gran libro!!

domingo, 14 de noviembre de 2010

Vía "La amarilla" en Quirós

En 1971 se abrió esta gran clásica de Quirós por Jose A. Moral Fontecha, Carlos Rodríguez y Juan L. Alvarez. Fue una de las primeras vías abiertas en esta escuela de escalada, de aquella no se gozaba del esplendido material que tenemos ahora y suponía una auténtica actividad de aventura y de riesgo, claro. Actualmente se encuentra reequipada de este verano.

Es todo un placer haberla hecho, viendo que tiene una calidad tremenda, por su roca y por su recorrido, aunque nos hayamos confundido en el último largo, como no. Bueno, espero que os guste el video...



viernes, 5 de noviembre de 2010

Una impresión. Escalas?

Se observa detenidamente desde abajo, analizando cada secuencia de movimientos. Se hace de forma lenta, pensando si serás capaz de plasmar lo que se quiere hacer. Escalar.
Desde el principio hay que apretar, lo que pasa es que no se está acostumbrado, el cuerpo vaguea y no quiere sufrir pero si se pasa la primera sensación de descansar, la motivación sube para darte un poco más de fuerza. La necesaria para llegar por lo menos al primer reposo sin colgar. Los antebrazos duelen, la sensación de coger las presas suele ser de que te vas a caer en cualquier momento, son todas incómodas. Con lo bien que estaba cogiendo cazos y mira ahora dónde me encuentro. Estoy sufriendo y quiero acostumbrarme a esta sensación. Se pasa la chapa y empiezo a sentir lo que creo que es el miedo a hacerme daño. Es lo que bloquea el cuepo y hace que los movimientos sean menos fluidos, más agarrotados. Se derrocha fuerza. Con lo bien que estaba danzando por estos lugares sin este miedo...La verdad es que mirándolo desde fuera parece mucho más fácil. Debo automatizar los movimientos. Debo entrenar para confiar más en las propias fuerzas, pienso. Pero quizás no sea esa la limitación. Quién sabe... tengo que entrenar, aunque para la cabeza no creo que haya remedio...
Volveré otro día y repetiré la misma vía, que suele siempre o casi siempre salir más facil. Por lo menos la confianza de conocerla hace que resulte más fácil. Esta es la forma de hacerse con este tipo de vías, pienso yo. No puedo ver, llegar y vencer. Eso ocurre pocas veces en la vida y sobre todo no ocurrirá en estos momentos. La motivación fluctúa de una forma desordenada y extrema haciendo de mi rendimiento un caos controlado solo en pocas ocasiones. Dicen que el tiempo lo cura todo, deduzco que el tiempo es sabio, quizás es sabio dejar pasar el tiempo. Paciencia, hijo, paciencia.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Una vía ferrata


Aquí en Asturias, las vías ferratas no están muy bien vistas, o bueno, por lo menos es lo que se dá a entender generalmente en muchos de los comentarios leídos en internet. Este tipo de vías nacen de otra cultura, y quizás, de otra forma de pensar.

Nuestra aspiración es una escalada que nos enseñaron nuestros antecesores, que se podría denominar limpia, con tendencia incluso a considerarse trampa cuando te agarras a "algo", considérese "ferralla", que no sea la roca propiamente dicha.
De la escalada artificial ya ni hablamos, por considerarse demasiado arriesgada en sus grados más altos, lógicamente.


A lo que iba, a mi me enseñaron unas actitudes para que tuviera unas satisfacciones en mis prácticas deportivas o "hobbies". Que yo escale una montaña con mi esfuerzo, con mis manos y mis pies, mi sacrificio, teniendo como medio únicamente para asegurar mi vida, la cuerda y material de autoaseguramiento, es lo que me debería aportar la plena satisfacción de subir esa montaña. Porque si la subo de esta forma, es que estoy capacitado para subirla...y eso me satisface. Esto es la "escalada libre". Éste podría ser el argumento para no tener las vías ferratas en buena consideración...

Otras aportaciones despectivas a este tipo de vías son las que nos llevan a esos caminos laberínticos de la contaminación ambiental. Que qué humos expulsa para contaminar o qué hierros infinitos se ven a kilometros de distancia?!. Hombre, otra cosa es que nos llenaran todo Picos de hierros!! de basura ferretera!. No es el caso.

Podríamos hablar de estaciones de esquí, con toda su edificación especulativa, teleféricos (qué bien se sube en ellos...), hasta incluso de refugios si nos ponemos, (letrinas,mmm). En fin, qué agradable impacto visual!!
Otros comentan que por los sitios donde se colocan las vías ferratas se podría escalar en libre...Pues vaya por Dios! y lo dicen cuando ya está puesta la ferrata...Fijo que estuvieron dos días antes de ponerla, pensando por dónde podría discurrir una vía de escalada en libre al milímetro de por donde va la ferrata, y convertirse en una vía mítica del pais. Pues no creo. Además, de las que he visto, suelen discurrir por sitios húmedos y/o descompuestos o incluso sucios de tierra y vegetación.
No me considero un fan de las vías ferratas, ni mucho menos. Ni mi intención es defenderlas, pero muchas veces se habla y se defiende lo que estamos acostumbrados a escuchar o lo que nos inculcan en nuestro territorio, sin tener mucho conocimiento de lo que estamos criticando de forma negativa, como podría ser una vía ferrata en Picos de Europa.
Una ferrata es una forma de atraer un turismo montañero algo diferente, otra forma de subir a las montañas, que para mi es dar una mayor facilidad.
Otra forma de entretenerse. Realizar una actividad de aventura más asequible que conlleve a una satisfacción que para algunas personas será similar a la nuestra cuando escalamos en "libre".

Es un acercamiento de las montañas a una mayor diversidad de personas, creo yo.

¿Será eso lo que NO queremos?

martes, 21 de septiembre de 2010

Vuelta a empezar?

Cuando empiezo a pensar cómo salir del hoyo de las lamentaciones, cuando uno empieza a sentir cómo se levanta la cabeza, uno recibe un pescollón más grande y vuelve a caer al suelo. Lo que pasa es que uno no sabe si va a seguir teniendo la motivación adecuada para volver a levantarse, tal vez se cambien las aspiraciones y de esta forma se pueda vivir con mayor comodidad no reflexiva.
Estoy cansado y cuando uno no puede hacer las cosas que quiere, es cuando más ganas tiene de hacerlas. Pero lo que no sé es si tengo la motivación adecuada para estos quehaceres. Asuntos que no se sabe si corresponderán a mis ambiciones. Problemas que una vez conseguida su solución, dudas de que puedan satisfacerte. En qué etapa de una vida corresponde tal contradicción?
Quisiera tener más capacidades de las que tengo, pero como toda historia siempre tiene un inicio, parece que no lo quiero entender. Y encima, si recibes un pescollón, pues, ya ves. Volver a levantarme progresivamente. ¿Tendré alguna incapacidad que antes no tenía?, se me habrá olvidado algo? ¿me habrán cambiado el cuerpo?
Qué duro es el empezar.
Reunir la motivación adecuada. Objetivos acordes no muy exigentes. Tendré que empezar de cero. O de menos cinco, no lo sé. ¿Podré llegar a la cifra de antes?
Pues ya se verá. Recuerda, objetivos a corto plazo, fáciles, fáciles...

domingo, 12 de septiembre de 2010

Guara 2010

Bueno, por fin acabo de realizar el video de nuestras vacaciones en Guara, haciendo barrancos. Aquí se deja para el que quiera verlo. Para el que le entre el gusanito...! Je je je!!

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El agua, una forma de vida


Hace ya dos años, Paulo entrenaba para que sus saltos fueran perfectos. Saltaba en todos los resaltes que encontraba, ya fueran en la calle, en el monte o en un río que se encontrara por el camino. Sin lugar a dudas, perfeccionó su técnica hasta el punto de que actualmente realizando cañones no haya visto una persona con un estilo tan depurado, en lo que a saltos se refiera. Así lo demostró en la Sierra de Guara. Un viaje con Pablo, Elena y el mismísimo Saltador de saltadores sirvió para darnos cuenta de que la diversión, no solo se encuentra explorando sitios secretos sino también en la compañía y buena convivencia.

Pues sí, el agua implica movimiento, sensaciones, emociones, tensión. Implica vitalidad.
Así es la Sierra de Guara. Nos invita a disfrutar de todo su entorno, de todas sus virtudes, de la esencia de sus entrañas.

Una semana de actividad permanente, pues tan solo el descanso serviría para dormir y para comer, conociendo los mejores cañones, posiblemente de Europa entera. ¿Quién lo iba a decir?
Despertar, aproximaciones a los cañones, descenso y ya al atardecer vuelta al camping de Rodellar y comentar el día con espléndidas cenas. Días completos.
Cañones como el Peonera Inferior, totalmente acuático para entrar en ambiente.
El Gorgonchón, para conocer lo más estrecho y oscuro, formas espeleológicas y pasos ténicos.
Los Oscuros de Balcés, la Maravilla de las maravillas, pasillo con paredes infinitas, solo hay que estar allí para ver lo imposible.
Portiacha, un cañón seco con los rápeles volados más preciosos de Guara, merece la pena.
Palomeras del Fornocal, que a pesar de su sequía nos hizo disfrutar en su entorno de esos pasos ténicos para evitar el agua estanca. Muchas risas.
Y la guinda del pastel o el pastel de guinda por lo largo que es...el Gorgas Negras comunicado con el Barrasil, que tienen todo lo que se puede encontrar en un cañón: rápeles majestuosos, entretenidos; saltos acrobáticos, toboganes, pasillos impresionantes, etc, etc. A modo de final apoteósico del viaje.
Y vaya que si quiero volver...como casi todos los años, siempre nos deja con buen sabor de boca.
Gracias a Pablo, duru como el fierro. A Elena, creo que es de la misma madera... A Paulo, por favor no saltes más en sitios fuera del agua, alcanzaste "lo más" de los saltos. Y a Lorena, por saber comprenderme en todo momento.
Espero que se vuelva a repetir...
Aquí os pongo un enlace de fotos del facebook de Pablo Arienza de momento hasta que resuelva algunos problemillas del blog.
http://www.facebook.com/album.php?aid=2052006&id=1395873956&l=f9fdc8d566

sábado, 28 de agosto de 2010

Encuentro Inesperado



El título de esta entrada es el nombre de la última vía realizada en las Hoces de Vegacervera. Sí que fue un encuentro inesperado el día en cuestión, pues no sabíamos que íbamos hacer. Aquí pongo unas fotos, la mayoría sacadas por Lorena, donde se puede apreciar el estilo de las Hoces.
Un buen día, sin apenas calor, ya que a la pared le empezó a dar la sombra rápido, lástima que en poco tiempo ya no podamos decir lo mismo. Recuerdo algún día en septiembre de pasar frío como los tontos...


Con las Hoces de Vegacervera mantengo una relación de amor y odio. Odio, porque las placas de adherencia de V+ estilo "Hoces", es decir, "sin nada para agarrarse así que búscate la vida", no me gustan (algunas, no todas). Amor, porque sin embargo, al final del día, dichas placas me dejan buen sabor de boca.


En fin, muy buena escuela y muy buenas vías, en las que se combinan desplomes, adherencia, fisuras y bavaresas. Para disfrutar!!






miércoles, 18 de agosto de 2010

Vacaciones


Un sitio especial, donde allá, en la Primera Guerra Mundial, se tallaron unas de las secuencias bélicas más increibles de la Historia. En cada paso dado, se pueden hallar señales defensivas en estas zonas fronterizas e imaginar los vertiginosos movimientos de un ejército escondido defendiendo los elevados y obligados pasos estratégicos.
LOS DOLOMITAS.

Nuestra cita previa con Arco, cuna de la escalada deportiva en Italia, sirvió para quitarme el mono, puesto que nuestra intención en los Dolomitas no era la escalada libre.

El Piz Boe en un día frío, nublado y lluvioso, en el macizo de Sella, sirvió de comienzo en nuestros primeros contactos con esta maravillosa creación de montañas. Un desfase de casi 40ºC de diferencia de un día a otro en nuestros cuerpos, sirvió para ser conscientes que nos encontrábamos en alta montaña, aunque la gente del norte de Italia y zona del Tirol tenga por constumbre vestirse de pantalones cortos.

La Ferrata Financieri al Pico Colac fue nuestra primera vía ferrata, con la Marmolada en frente, cuya cumbre no se dejó ver en ningún momento. Envuelta en niebla estuvo escondida permanentemente los tres días que estuvimos en estos lugares.
La escalada en vía ferrata no me disgustó, está bien. Es una actividad obligada para saber lo que es y fundamentada por su historia. Además, de las que hice, su escalada libre sería impracticable. Diferentes formas de subir a las montañas y menudo curro la de equipar estas vías.

Y más hacia el noroeste en un lugar de incalculable belleza y punto concéntrico de multitud de escaladores a nivel mundial, creo recordar que se llamaba "Tre Cime di Lavaredo", je je!! Mi presencia en aquella zona se hizo inexistente, sólo estaba lo que me podía aportar la vista. Sin palabras.

Subida al Monte Paterno, Ferrata Innerkofler, repisas impresionantes, galerías y túneles infinitos, menuda historia en las entrañas de una montaña que si pudiera hablar... Y todo ésto a los pies de las Tres Cimas. Ahora creo en los estados de hipnosis, bajo tal admiración.

Venecia, Venezia en Italiano, Venésia en Veneciano. Viaje en barco ida y vuelta desde nuestro camping. Día entero recorriendo las calles venecianas; casas en el agua; estrechos canales; góndolas, gondoleros; olor a pizza, pizza y helados; disfraces y máscaras del carnaval veneciano; palacios; puentes en los canales; iglesias, muchas; y gente a retorcer en las calles más concurridas; en las otras, ni un alma.


Para finalizar, la Costa Azul de regreso, playa y baños en el Mediterraneo, zona entre Génova y Marsella, a modo de recuperación para emprender viaje a casa.
Cada sitio en el que estuvimos merece hablar de él de forma especial, desarrollando un tema entero, que espero ir poco a poco metiéndo en el blog.
Ahora, vuelta a la rutina e imaginando viajes nuevos que espero que se cumplan pronto...


Por cierto, todo empezó en el inicio de las vacaciones, estando en la Sierra de Guara con unos amigos. Pero ésto será otro capítulo...

Fotos: Lorena y Roberto

lunes, 19 de julio de 2010

El comienzo


Una de la Típicas y más Hermosas escaladas-pateadas de los Picos de Europa es la travesía Pico Cabrones -Torrecerredo entrando por la arista noroeste de Cabrones. Es sin duda uno de los recorridos más espectaculares que pueda haber en Picos. Y hacerla en el día desde Pandébano ida y vuelta es para mi todo un lujo y una satisfacción para ser una de mis primeras incursiones de la temporada. Aprovechando la reciente llegada de Damián de Alpes con el precalentamiento del Mont Blanc, nos decidimos por esta majestuosa ruta, que teníamos ganas de realizar entera.

Todo el día con la lengua fuera siguiendo los cabreros pasos de Damián hace que no tenga muchos recuerdos de la actividad. Lo que recuerdo con más detalle es el bocadillo que nos metimos a la espera de que subiera una cordada el último muro para Torrecerredo y el ver como una cabra de casi 2 metros delante de mi iba de salto en salto por las afiladas agujas como si no fuera con ella la cosa...De vez en cuando se me nublaba la vista, pero no por la altura sino por la velocidad a la que íbamos, que ya me daba igual 300 metros que 10, total que no me daba tiempo mirar para abajo.

En fin, las secuelas las siento ahora. Un dolor de garganta que derivó en una afonía aguda y unos dolores musculares que no sé si serán roturas musculares o graves agujetas. La venganza será terrible!!!

Más fotos.




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lunes, 14 de junio de 2010

La fuerza del destino (Cuarta parte)



Pretendo que esta parte sea la última de esta serie. No quisiera enrollarme más de la cuenta, bien porque ya os estoy dando el turre bien porque ya supongo que os estéis cansando. Solo remarcar que el que escribe, estaba acabado y su intención era bajar a Chamonix y coger el camino a sus tierras. Estaba cansado.
Una vez llegados al Glaciar Blanco, al punto del cual partimos, estuvimos decidiendo nuestro "destino". Mi idea era sencilla, pa bajo! Las duras condiciones me habían hecho ver que estábamos en "tierras hostiles" y que posiblemente no era tan fuerte como creía ser. Solo quería zamparme cuatro pollos y cuatro jarras de cerveza con limón, eso para comer y para cenar un costillar de cerdo y cuatro botellas de vino, a ser posible medianamente bueno. Y es que encima, en Chamonix estaba la cosa muy cara, quería teletransportarme a España y comerlo todo. En fin...
Mi compañera y novia, fuerte donde las haya, que en aquellos momentos creía verla de descendencia esquimal, me dio un fuerte apoyo y me convenció para intentar el Mont Blanc al día siguiente. Todavía es el día que se lo agradezco. Mucho.

Encontramos un chalet muy cerca del refugio de Cosmiques. En la misma arista perfilada en la que se encuentra este refugio. Apenas tenía cuatro metros cuadrados pero disponía de dos literas que utilizamos para descansar unas pocas horas, compartidas con otros dos jóvenes escaladores. Nuestros diálogos con ellos eran variados y fluidos, eran franceses y no teníamos ni puñetera idea de francés, pero descansar descansamos lo suficiente como para volver a levantarnos a las dos de la mañana y emprender rumbo hacia arriba, ¡hacia la cumbre!.
El ascenso estuvo lleno de vivencias, de sensaciones nuevas, de alguna espera nocturna en el paso obligado al collado del Maudit. De alguna leve discusión con algún guía, dueño y señor del camino. Mucha sensación de frío, mucho frío. Y al final de nuestro ascenso, muchísima emoción. La cumbre. La cúspide del viaje. Momentos que recordaré para toda la vida, grabados con una sola foto puesto que la cámara se congeló en aquel preciso o precioso momento; quizás por los nervios de estar captando una de las escenas más importantes que marcarán nuestra historia. Nuestra vida. La cumbre del MONT BLANC.

El descenso, por Goutert.

Gracias a todos los que aguantaron esta serie.
Travesía de los Cuatromiles. Macizo del Mont Blanc

domingo, 30 de mayo de 2010

La fuerza del destino (Tercera parte)


Salimos por la noche con la luz de los frontales siendo parte de ese gusano que parecía infinito. Era como una cadena humana donde todo país tenía su representación. Recuerdo que estuvimos mucho tiempo detrás de una cordada, cómo no, de japoneses. Una cordada de mínimo ocho japoneses, que incluso alguno no llevaba crampones, no por no ponerlos si no por no tenerlos. Iban realmente fastidiados, por no decir otro calificativo.
Era una madrugada fría, muy fría. Con mucho viento. Se podía preveer que iba a ser un día un poco duro.
Recuerdo que salimos muy motivados. Con muchas ganas. Nos encontrábamos fuertes o eso creíamos. El paso era firme sin notar el cansancio. Se podía ver mucha gente que paraba cada ciertos pasos a coger aliento y era este detalle el que reforzaba mi consideración de estar medianamente bien porque apenas notaba el cansancio. Mi objetivo era hacer lo que habíamos pensado. Sabíamos que iba a ser un actividad realmente larga y el cuerpo se preparaba para ello. No se podía notar el cansancio en apenas dos horas de pateada.
Ya, en la falda del Tacul, una vez superada la pendiente más fuerte, arriba en el collado, nos desviamos para hacer cumbre. El viento tiraba con fuerza y estaba muy frío, había ventisca para que el acontecimiento se pusiera más interesante, además, seguía siendo de noche y no se veía un carajo.
Una vez desviados para subir el Tacul, estábamos completamente solos. Ahora me viene a la cabeza el esfuerzo que me costaba para vocalizar y poder decir dos palabras. Era duro hablar, tenía todas las partes de la cara congeladas, se podían ver unos minúsculos carámpanos emergentes de las fosas nasales y costaba cerrar los ojos con las pestañas rígidas. El forro polar parecía de cartón piedra y las piernas las tenía anestesiadas. Miraba para Lorena y estaba como yo, mal de muchos (nosotros dos), consuelo de tontos...
Llegamos a una parte rocosa con hielo, siguiendo las huellas ya que todavía no se veía nada, trepamos hasta salir de nuevo a otra parte de nieve que imaginamos que fuera la cumbre, pero estaba realmente tan frío allí arriba que dimos la vuelta como balas para coger de nuevo el camino hacia el Maudit. Cuanto más rápido fuéramos, pensaba, mejor para por lo menos no tener tan fríos los músculos.

Ya empezábamos a ver gente en el camino que llevaba hacia el Mont Blanc, pero lo extraño es que la dirección que llevaban era hacia el refugio y no hacia arriba. Pensé que la gente le pasaba lo mismo que a mi, que tenía la boca congelada, porque se dirigían a nosotros y yo no entendía nada. Bueno, también podría ser porque hablaban en inglés o en francés y la verdad que tampoco entiendo mucho. Bueno, sería la suma de las dos cosas, dejémoslo así...
Seguíamos el rumbo propuesto. Yo, ya ni hablaba, porque me había dejado la boca en la cumbre del Tacul, había visto un japonés marcharme con ella corriendo, ja ja ja!!
La gente iba en dirección contraria, ¿nos abríamos confundido nosotros y pudiera ser que estuviéramos bajando realmente? NO!! Somos españoles y encima asturianos. Pa cabezones nosotros o pa .... los nuestros. En fin, que seguíamos pa riba, los más tozudos, hasta encontrarnos con unos catalanes, también tozudos, que debían ser de los últimos en bajar. Claro, españoles también. Estoy en la duda de que fueran vascos o catalanes, pero bueno, tampoco tiene impotancia.
Nada más vernos nos comentaron que era casi imposible seguir hacia arriba. Que había mucha ventisca, mucho frío y que se había borrado el camino. Total, que no merecía la pena, era arriesgado.
Sinceramente, creo que nos lo estuvimos pensando bastante tiempo el seguir subiendo. Pensándolo bien, no sabíamos donde podíamos dormir esa noche, ni si teníamos la capacidad de realizar un segundo intento al día siguiente y para colmo teníamos poca comida. Pero la realidad era la realidad y no estaba el tiempo para seguir hacia arriba por muy fuertes que estuviéramos. Cuando todos los guías se dan la vuelta será por algo...
Tristemente dimos la vuelta, a muy pesar mío. Destrozado. Me hervía la sangre dentro. No podía comprender que estando tan cerca de nuestra meta, de haber tenido unos días tan fantásticos, de sentirnos tan bien aclimatados, de ver el Mont Blanc tan cerca..., ahora, el tiempo nos hiciera dar la vuelta. Tenía pensado depositar una pequeña parte de las cenizas de una persona muy querida en la cumbre del Mont Blanc y este gesto era el que sustentaba gran parte de mi fuerza. Me quedé vacío. Muy vacío.
Lentamente fuimos bajando la ladera del Tacul en dirección al refugio. Lentamente. La decisión fue la acertada, quería tratar de convencerme. Mi compañera estaba a mi lado y eso me consolaba.

Continuará...