miércoles, 28 de octubre de 2009

Reflexión III



Llevo un largo periodo de inactividad mirado desde un punto de vista comparativo a otras temporadas pasadas. Los nuevos temas laborales hacen que no tenga tiempo para preocuparme de otras actividades asociadas a mis gustos. Es por ello que una vez llegado a casa escriba sin pensar demasiado y me deje arrastrar por lo más instintivo y llano. Mis inquietudes más descarnadas sin miramientos...


Buscando siempre algo por lo que realizar un esfuerzo que te lleve a una alegría, algo por lo que pueda tranquilizar los demonios que uno lleva dentro y poder desahogar esa energía, que no deja de ser la contenida sin poder aprovecharla.

Algo por lo que sentir verdaderamente el cansancio, la fatiga y quedar vacío. Quedar expuesto a todas las emociones y percepciones sensoriales.

Algo que merezca ser vivido y ser recordado.

Busco respuestas a preguntas abstractas, a realidades cuyos efectos místicos no puedan ser plasmados en papel. Busco experiencias que desborden mis sentidos y controlar la enajenación. Busco el control de lo imposible.

Pero siempre está mi amigo, mi gran conocido. Un gran experto. Os presento al miedo. Es el que me mantiene con vida. Es el que vela por mi, día y noche.

Hay veces que le quiero dar esquinazo, pero no hay manera. El cabrón de él está en forma. Parece que sigue los mismos entrenamientos que yo. Si será...!!.

Es el que hace de moderador entre mi diablillo y mi angelito. Otros dos amigos, que al contrario que el miedo están un poco desequilibrados. Vagan sin saber el por qué y a dónde...Igual me están dando la espalda o me están gastando una broma.

Quiero subir...Pero...A dónde? Quizás a lo mejor solo quiero marcar un trayecto y divertirme en el camino.

Solo quiero resolver problemas que me tengan entretenido en la solución y poco a poco hallar un equilibrio consensuado entre mis compañeros. Los que tengo en mi cabecita.

Al final del día descubro que el día ha finalizado y con él se suman nuevas satisfacciones, producto de un sinfín de emociones, de esfuerzos y de alegrías entremezclados por mis liberaciones hormonales.

A merecido la pena?

Puede que si, me siento más fuerte para plantearme otro día como éste o quizás más débil como para plantearme mis gustos e inquietudes. Me siento tal vez cansado y posiblemente sea eso lo que se quiere al final. Estar cansado por algo, tanto mental como físicamente.

Mañana me levantaré con dolores musculares y tendré algo en que pensar. Tendré más experiencias...


En fin, la inactividad me lleva a escribir cuentos para no dormir. Espero que os guste...

2 comentarios: