miércoles, 4 de julio de 2012

Chamonix (1ª Parte)

Chamonix es un pueblo tranquilo, a pesar de la marabunta de turistas que acoge todos los años y más en época estival. Tengo que admitir que formo parte de esta gran masa de gente que deambula por su calle principal y que cada vez que pasa por la tienda de montaña de tres plantas, se introduce en ella para ver si encuentra algo que no haya visto en las anteriores ocasiones, a un módico precio.
Nos encanta pasear, trazando un recorrido circular que inventamos desde el primer día, observando detenidamente a las personas que ya empezamos a distinguir entre vecinos y alpinistas-turistas.
Nos olvidamos del numerito coreográfico que íbamos a realizar en la plaza principal para deleitar a las personas afincadas en las terrazas de los restaurantes. Las bolas para los malabares ya no encontraron hueco en la furgoneta entre material de escalada y comida.
Las nubes se hacinaban en las altas montañas del macizo del Mont Blanc. No se divisaba el destino final del teleférico de la "Aiguille du Midi" y cierta incertidumbre, garantizada por unas predicciones convincentes, nos prestaba los paseos por Chamonix, los capuccinos matutinos y las  frecuentes visitas a nuestra tienda de montaña favorita.





 Paciencia, mucha paciencia para personas que tienen como único objetivo "escalar, escalar y escalar en altura". Este término se iba convirtiendo en una obsesión a medida que iban pasando los días fruto de una pasividad obligada. Nuestra seguridad para poder realizar las actividades pensadas, no estaba asegurada.
Paciencia, mucha paciencia para actividades que sí se pudieron realizar....Aunque fueran pocas.













                                                                                                     
 Esta última foto fue hecha por Iñigo. Pa que se vea que algo de actividad hicimos. Ya iremos contando...

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