lunes, 9 de mayo de 2011
La sangre altera
Llegó la primavera, y con ella todo lo que conlleva. La inquietud se demuestra en todos los comportamientos aunque no lo sepamos. Pero sí. Yo ya no dudo de ello. Me conozco y me siento raro. Pero es igual. Todos los años pasa lo mismo. Se producen cambios aunque seamos lo mismos de siempre. Lo que pasa que tiene que pasar casi un mes para darme cuenta de ello y lo que se quiere es pensar en una disculpa.
Visitas, viajes, vueltas. Pasar el tiempo.
Las escaladas, siempre aspirando a más. Planificar el verano. Creo que lo hacemos todos. Después, no se hace ni la mitad, pero bueno, eso ya lo llegamos a comprender. Se asimila de forma rápida.
La verdad que uno no se queja, pero no deja de ser nostálgico. Siempre. Si no, para que uno tiene memoria?
Me gusta recordar, me gusta siempre volver al pasado, aunque sea a corto plazo, aunque sea a unos pocos minutos. Creo que me sirve para actuar, tomar decisiones. Siempre hay un tono melancólico en el sentimiento.
Volvemos a lugares que nos hicieron sentir algo, buscando el reencuentro de las mismas sensaciones, algunas veces teniendo como disculpa enseñar sitios maravillosos.
Otras veces se hacen actividades nuevas, son reencuentros con diferentes matices, que nos proporcionan la misma plenitud.
El alma está inquieta, como a la espera de que pase algo importante. A veces no se busca, sino que se espera y te dejas llevar por decisiones ajenas, apreciando lo que te viene de forma tranquila. Se aprende.
Siempre se busca, aunque de forma inconsciente. Supongo que se busque materializar el sentido de la vida. Cada uno a su manera.
"El hombre ha nacido para vivir entre las convulsiones de la inquietud o en la letargia del aburrimiento." (Voltaire)
ResponderEliminarYo como tú Rober, prefiero la inquietud... da sentido a la vida. Un fuerte abrazu.